En un ciclo menstrual regular (de 28 días) las hormonas alcanzan su punto más bajo (caída) y más alto (pico). La hormona llamada estrógeno, alcanza su nivel más alto a la mitad del ciclo (a los 14 días). En este punto, la mayoría de las personas se sienten físicamente bien y eufóricas. Los anticonceptivos hormonales interfieren con la caída y el pico, además, mantienen un nivel constante de hormonas durante 21 días y, después, en los últimos siete días del ciclo, las hormonas como la progestina y el estrógeno se desploman, lo que puede provocar irritabilidad, etc., en algunas personas.
Hay algunas investigaciones que indican que las mujeres que toman anticonceptivos hormonales tienen una mayor incidencia de depresión, ansiedad e ira. De manera similar, otra investigación muestra que no existe una conexión notable entre los anticonceptivos hormonales y los cambios de humor.
Algunos estudios han descubierto que las mujeres que toman la píldora y las mujeres que reciben pastillas placebo (pastillas simulacro) han informado fluctuaciones similares en el estado de ánimo, lo que indica que no existe un vínculo entre la píldora y el estado de ánimo. A pesar de esta clara falta de conexión entre la inestabilidad emocional y los anticonceptivos hormonales, varias personas todavía los relacionan porque [1]: Se vuelven muy sensibles a los cambios de los niveles hormonales
Se estresan por prevenir el embarazo y usar los anticonceptivos correctamente
Se vuelven más conscientes de los síntomas potenciales, especialmente las mujeres que ya tienen problemas de salud mental, como depresión y ansiedad.
¿El uso de anticonceptivos produce cambios de humor?
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